Mañana martes hay elecciones en Israel. Se predice una tranquila victoria del bloque de derecha liderado por el actual Primer Ministro Benjamín (Bibi) Netaniahu. Su partido, el Likud, unido con el laico Israel Beiteinu (Israel Nuestro Hogar) mantendrían el poder. El asunto es con cuántas sillas en el parlamento, esta vez.
Los principales cambios en los equilibrios de poderes se verán en la oposición, como en el partido Laboral, ahora bajo el liderazgo de Shelly Yajimovitz, en los partidos de centro, de centro-izquierda, religiosos, etc. Apareciendo también, algunas fuerzas nuevas, como el partido Yesh Atíd (Hay Futuro), del popular periodista Yair Lapid.
Increíble será ver la desaparición de Kadima, partido creado por Ariel Sharon, para vencer - en su tiempo - la oposición de su propio partido, el Likud, cuando ordenó el retiro total de Israel desde la franja de Gaza, en 2005. Kadima fué entonces un partido artificial que sobrevivió unos años gracias a algunos aportes de la renovada líder Tzipi Livni. Ahora, vacío de ideas y gente, este ente principal en la política israelí se convertirá en lo que siempre fué: un fantasma.
Encuestas dicen que esta sería la 'intención de voto' del público israelí en las elecciones de mañana. Ya veremos:
Likud - Israel Beiteinu : 34 asientos (derecha laica)
partido Laboral: 18 as. (centro-izquierda laica)
Habait Hayehudí: 15 as. (derecha-religiosa 'moderada')
Yesh Atíd: 11 as. (centro laico)
Shas: 10 as. (derecha-religiosa sefardita)
partidos árabes: 10 as. (independientes e izquierda marxista)
Hatnuáh: 6 as. (independiente laico)
Yahadút HaToráh: 6 as. (derecha-religiosa ashkenazita)
Meretz: 5 as. (izquierda laica)
Kadima: 3 as. (derecha moderada laica)
Am Shalem: 2 as. (religioso sefardita, desgajo de Shas)
Eso sería lo más hablado. La realidad se asentará mañana tras las elecciones y más que nada, tras las nuevas alianzas políticas entre los líderes de partido.
Será interesante ver una posible acción conjunta de oposición entre laboristas, Lapidistas y los remanentes de Livni.
Una nueva etapa en donde se pide que, quienes sean los elegidos, hagan lo mejor para el pueblo, para su seguridad y progreso. Apoyarlos, pero tembién vigilarlos. Fortalecer la democracia y la transparencia del poder.
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