Aquella noche de 1938, en Alemania y Austria, turbas lideradas por nazis atacaron sinagogas, negocios y casas de judíos, asesinando, incendiando y destrozando lo que encontraban a su paso.
El ataque fue orquestado desde el gobierno - los nazis habían llegado al poder en Alemania en 1933 - pero se lo justificó como una 'demostración espontánea' de la población.
Durante los ataques 91 judíos fueron asesinados, 30.000 fueron arrestados y enviados a campos de concentración, miles de casas, escuelas y negocios judíos fueron destrozados y saqueados y fueron incendiadas todas las sinagogas en ambos países.
Y todo en completa impunidad: ningún país protestó ni rompió relaciones con Alemania, el Vaticano permaneció en absoluto silencio, y EEUU tomó solamente una medida diplomática: retiró su embajador en Berlín.
Para más información al respecto pueden visitar este resúmen publicado por History.com o la revisión más detallada que hay en Wikipedia.
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