
En el libro los hechos ocurren en Dorset, Inglaterra, pero para la película fueron reubicados en un pueblo minero en Sierra Nevada, California y todo fue filmado en Fortress Mountain, Alberta, Canadá.
Hace algunos meses yo critiqué aquí mismo al director Michael Winterbottom por 'enfriar' y lentificar otra excelente trama hasta hacerla triste, oscura y quitarle interés.
Nuevamente Winterbottom comete el mismo pecado. El argumento es bueno, los paisajes son espectaculares, los actores excelentes, la música es la adecuada - pero otra vez el director le da ese ritmo lento y deslavado que le quita fuerza a la cinta.
Una lástima, porque con todo eso en sus manos tenía la oportunidad de hacer una gran película. Y arrugó. Una vez más.
A pesar de eso, es recomendable. Una buena historia de amores perdidos y de esperanzas en el futuro. No se arrepentirán de verla.
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