El asunto es que el que podríamos llamar bloque de partidos de 'centro-derecha', obtuvo 60 de los asientos del Parlamento, y el bloque de partidos de 'centro-izquierda' obtuvo también 60 asientos de los 120 con que cuenta la Knéset, o Parlamento israelí. Un empate perfecto. Entonces, ¿quién ganó?
Es el presidente, en estos momentos Shimón Peres, el encargado de revisar los resultados y llamar - según su parecer - al candidato que él cree mejor posicionado para crear una alianza (con más de 60 asientos) entre diferentes partidos y formar así un gobierno nuevo. En Israel el Presidente no gobierna de hecho, sino que detenta un puesto representativo y protocolar, justantemente encargado de ese tipo de decisiones.
Peres ha encargado al actual Primer Ministro, Benjamín Netaniahu, tal tarea. Éste, a su vez, tiempo un máximo - me parece - de unos 60 días para lograr el objetivo. De no hacerlo, el Presidente encargará la tarea a otro candidato.
Netaniahu está en conversaciones. Aún, sin resultados positivos. Su partido, el Likud, aliado con el Israel Beiteinu, obtuvo 30 escaños - mucho menos de lo que esperaban. Mientras tanto, el partido independiente laico, Yesh Atíd, logró una sorpresiva 2da. mayoría, con un mensaje de 'más acceso a vivienda, mejor distribución de la carga económica y un llamado a que todos - incluso los religiosos - tomen responsabilidades en la defensa nacional'. Un mensaje que recibió amplio apoyo en la clase media israelí.
Yair Lapid, el líder del nuevo partido se ha mostrado inflexible en sus conversaciones con Netaniahu, dispuesto a mantener las promesas que hizo a sus votantes.
Siguen las conversaciones y ya les contaré según haya novedades.
Alrededor sigue y aumenta la tensión. La guerra civil en la vecina Siria ya se ha cobrado unos 65 mil muertos en poco más de un año, sin que a nadie le importe mucho, ni nadie recuerde la masacre diaria - ya he explicado también antes por qué.
La semana pasada, un centro sirio de amas biológicas, cerca de Damasco, que estaba a punto de caer en manos de los rebeldes (de intenciones desconocidas) fue destruído en un efectivo ataque aéreo israelí, mientras que durante la misma noche, un convoy que transportaba armas desde una base siria hacia el sur del Líbano (muy posiblemente a las manos de la organización terrorista Hezbaláh), fue destruído por un segundo ataque aéreo israelí.
Llamó la atención que el propio gobierno sirio mantuviera silencio, en un principio, mientras que Irán respondió a los ataques con amenazas del infierno para Israel (al parecer les dolió la pérdida del convoy) y que el segundo enojado fuera el gobierno turco, que declaró que 'no se quedaría de brazos cruzados mientras Israel ataca un país musulmán'. Pero, aparte de las declaraciones, allí ha quedado todo.
Israel, oficialmente ha declarado que 'actuará' ante cualquier intento de transportar armamento de cualquier tipo desde Siria al Líbano, es decir, a Hezbaláh.
Egipto sigue en problemas entre la polación que quería una verdadera democracia y la realidad de ver a su país cayendo de lleno en una tiranía religiosa a manos de la Hermandad Musulmana. Pelea callejera diaria, con muertos y todo.
Más allá, Túnez, entra nuevamente en turbulencia ante el asesinato de líderes opositores que el gobierno parece estar amparando. También allí, los que buscan una democracia real, se levantan nuevamente, ahora contra el gobierno de mayoría islamista.
También en África, la situación de Mali se agrava, por la guerra entre el gobierno y los rebeldes islamistas que intentan derrocarlo. Ayuda solitaria, mientras tanto, de Francia y Canadá para el gobierno.
Pero el problema principal sigue siendo el imparable avance de Irán hacia armamento nuclear. Situación agravada tras el rechazo a las negociaciones directas - que EEUU proponía - por parte del Ayatola gobernante.
Las noticias-rumores de una explosión que habría destruído la planta nuclear de Fordo, en Irán, a fines de enero - con desmentidos y evasivas - parecen haber quedado en el pasado y ya no sabremos qué realmente pasó, creo yo.
Mientras se resuelve lo del nuevo gobierno en Israel, cabe recordar que esta no ha sido la primera vez de empate entre ambos bloques políticos: En los '80s y '90s, empates similares se resolvieron con acuerdos de 'gobierno de unidad nacional', en los cuales un bloque gobernaba dos años y el otro los dos años siguientes, con ministros compartidos. Netaniahu ha sugerido algo similar, parece. Veremos qué sucederá.
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