Esta noche comienza a conmemorarse otro Día del Holocausto.
Y uno, en este día de reflexión, en estas horas de silencio, trata de cosechar respuestas, trata de darle algún sentido a la demencia humana.
Dificilmente las obtiene, pero, a lo menos, puede resumir lecciones, anotar algunos pocos puntos que se deben recordar y enseñar. Puntos de foco, como haces de linterna en la oscuridad de un túnel.
1. Lo más importante en la vida es permanecer. Permanecer, a través de una familia, de hijos, o a través de las obras. El olvido es la única verdadera derrota.
2. El enemigo es una idea. Los racistas de hoy son diferentes a los racistas de ayer, pero la idea es la misma. Es esa idea la que debe ser combatida. Con la verdad, con perseverancia, con la convicción de que se te unirán los mejores, no la mayoría (que mirará para otro lado), sino los mejores.
3. Finalmente, el triunfo vendrá cuando desaparezca el odio. Cuando desaparezca de la sociedad, de la palabra dicha o escrita, pero principalmente, cuando desaparezca de tí. El odio te convierte en esclavo de tu enemigo: a tu enemigo debes conbatirlo, pero no odiarlo.
Así. con estas tres cortas lecciones, con este trío de aprendizajes, pasaré un día más de recuerdo. Porque recordar tiene un objetivo primario: aprender. De otra manera, las víctimas del Holocausto habrían sido en vano. Y no lo son.
1 comentario:
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