Es una obra de Carrier Belleuse que don Francisco Echaurren regaló a la ciudad. Fue inaugurada en 1876.
A diferencia de la diosa Temis convencional, aquí la diosa no tiene la vista vendada y en vez de levantar la balanza, la sostiene sobre una cadera, sin darle importancia. Esto ha dado a los porteños le llamen 'la injusticia' y hayan echado correr, con los años, varias leyendas sobre las causas de estas insólitas modificaciones.
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