Desde hace más o menos un año tengo un eReader, una tableta para libros digitales.
Ya he instalado ahí cerca de una docena. Nos salva de la maleta con libros y como cabe en el bolsillo de la chaqueta va al café, al restorán, al paseo... ¡Genial!
Pero hay algo que se echa de menos: la materialidad del libro impreso, el olor del papel, el diseño de las cubiertas y del lomo, la facilidad de ir a la marca y abrirlo de inmediato allí, sin tener que esperar que la página aparezca.
No reniego de la tecnología maravillosa del eReader. Todo lo contrario. Pero el libro impreso tiene - todavía - algo como más cercano, una relación más íntima y completa.
No se. Quizás sea solo cosa de costumbre...
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