1948: el Altalena hundiéndose frente a las costas de Haifa, Israel
Desde antes que Israel existiera oficialmente como país (14 de mayo de 1948), los judíos estaban divididos en cuanto al 'estilo' que debía dársele a la nueva nación y a sus instituciones.
Mientras la Agencia Judía creaba la Histadrut (Central de Trabajadores) y organizaba los primeros asentamientos agrícolas con filosofía socialista, otro grupo intentaba darle un tono más liberal, con espacio para la libre empresa y no dependiente de un 'comando central' asentado en la Agencia.
Estas dos visiones diferentes, llegaron a enfrentarse dramáticamente en los primeros días del recién establecido Israel, concluyendo fatídicamente en el llamado Caso Altalena.
A principios del siglo XX, la Agencia Judía había creado la Haganá (la Defensa), una organización armada cuya misión era defender los asentamientos agrícolas y poblaciones judías de los constantes ataques árabes.
De acuerdo a su filosofía socialista, la Haganá era definida como una "organización armada popular, con misión defensiva" y se trataba de alejarla lo más posible de un ejército convencional, profesional y separado del pueblo.
Para la Agencia y para gran parte de la población, el concepto de "ejército" era demasiado cercano a fascismo, nacismo, banderas y escuadrones de soldados uniformados marchando por las calles - una visión de pesadilla para la mayoría de los judíos, que habían sufrido bajo el nacionalismo militarista europeo o que venían escapando del Holocausto.
Sin embargo, después de las revueltas árabes de 1921 y de 1929, en las que cientos de judíos fueron asesinados en Jerusalén y Hebrón y casas y comercios incendiados, la necesidad de darle a la Haganá un marco más estructurado se hizo patente.
Pero mientras unos veían la organización profesional y militar de la Haganá como una necesidad de supervivencia, otros se oponían a convertirla en un "ejército convencional" que perdería su estilo "popular, socialista y anti-fascista".
Tal división de conceptos llegó al clímax en 1931, cuando un grupo de oficiales bajo el mando de Abraham Tehomi se separó de la Haganá y formó el Irgún Tzvaí Leumí - la Organización Militar Nacional, que se conoció más tarde como "el Irgún".
El Irgún se trazó un camino diferente a la Haganá, recibió apoyo de sectores judíos separados de la Agencia Judía y pronto diseñó planes y objetivos independientes - que iban mucho más allá de "la defensa de la población".
Desde fines de la Primera Guerra Mundial en 1918, toda la región estaba bajo administración británica, incluida Jerusalén. Una de las metas del Irgún fue entonces "sacar a los ingleses de Tierra Santa" y así, la organización comenzó a atacar bases británicas y a llevar a cabo atentados con bombas.
En junio de 1946, el Irgún detonó una bomba en el hotel King David en Jerusalén, que era el cuartel general del Mandato Británico - 91 personas murieron, decenas de oficiales ingleses y 45 quedaron heridas.
Los miembros del Irgún fueron perseguidos por los británicos y por la autoridad judía ligada a la Agencia. La Haganá colaboró con los ingleses y detuvo y entregó a varios miembros del Irgún, pues se la veía como "un peligro interno, tan grande como el peligro árabe externo", según palabras de David Ben Gurión.
Sin embargo el Irgún siguió operando abierta y subterráneamente, desafiando la autoridad central de la Agencia Judía, la Histadrut y la Haganá.
Pero el nacimiento del nuevo país ya se olía en el aire: en 1947 la ONU divide la región en dos áreas: una para los judíos y una diferente para los árabes, dejando Jerusalén bajo administración internacional.
Pronto las tropas inglesas comenzaron a retirarse y los judíos aceleraron todos los planes para establecer un país independiente "en cuanto el último soldado inglés abandone la región".
La Agencia Judía declaró a la Haganá como la "única fuerza militar" del nuevo país y ofrece al Irgún unirse a ésta. El Irgún acepta y se firma un pacto de unificación.
Se redacta una Constitución e incluso se elige un Primer Ministro, David Ben Gurión. Los judíos tenían ya todo preparado para declarar su independencia y para echar a andar un país en cuanto "el último inglés se vaya" - en mayo de 1948.
A pesar del pacto de unificación, el Irgún continuó con planes y objetivos propios - contrató un barco en Europa, el Altalena, y lo cargó de armamentos destinados a sus unidades en Jerusalén. Desde un comienzo la Haganá se opuso al plan y exigió que los armamentos fueran entregados a ésta organización y quedaran bajo control de la autoridad. El Irgún se negó.
El Altalena debía llegar a costas israelíes el 14 de mayo de 1948, en los mismos momentos en que Ben Gurión iba a leer la declaración de Independencia en Tel Aviv. Sin embargo, problemas atrasaron el zarpe y finalmente el Altalena, con su carga de armamento y gente llegó al puerto de Haifa en junio de ese año, un mes después.
Después de tensas horas de negociaciones y tras la negativa de los oficiales del Irgún de entregar las armas a la Haganá, que ya era el poder defensivo oficial, Ben Gurión ordenó el bombardeo del Altalena y su hundimiento, el 22 de junio de 1948.
Se fueron así al fondo del mar, no sólo las armas del Irgún y decenas de vidas, sino las pretenciones de una organización extremista de constituirse en un poder paralelo, fuera de la ley y el orden constituídos en el nuevo país.
¿Fue excesiva la decisión de Ben Gurión? ¿o debió actuar así para poder consolidar el orden y la autoridad en el recién nacido país? - hasta hoy, las opiniones son dispares.
Una parte importante de la derecha política israelí califica el hecho como "una traición", mientras en la izquierda se lo justifica históricamente.
Hoy, a nivel popular, me parece que hay un consenso mayoritario en que lo sucedido fue trágico, pero que las circunstancias de aquellos momentos - todos los países árabes vecinos habían atacado a Israel y ya se libraba la primera guerra abierta, sumado esto a la terquedad de los líderes del Irgún - fueron los detonantes de la tragedia.
Con el tiempo, la Haganá se constituyó en el actual Tzáhal (Ejército de Defensa de Israel), y el Irgún desapareció como tal, si bien en años posteriores muchos de sus miembros entraron a la política y se unieron a la corriente general. Algunos de ellos fueron prominentes abogados, jueces e incluso dos de ellos llegaron al puesto de Primer Ministro por el partido Likud: Menajem Begin e Isaac Shamir.
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