16 abril 2009

Chile - ¿a quién pertenece el agua?

En Quillagua la llovizna se evapora antes de llegar al suelo. Este pueblito chileno, en el desierto de Atacama, es el lugar más seco del planeta.

Quillagua creció como un oasis del único río de la zona. Hoy, contaminado y usado por las compañías mineras, el río se ha secado.
Es que Chile el agua no es un recurso público, sino privado - y el sistema que regula el uso del agua es el más permisivo del mundo.

Por ejemplo, en el sur de Chile la compañía española Endesa ha comprado el 80% del agua de la región. Mientras en el norte, compañías mineras y agricultores se pelean succionando la escasa agua desértica.

Quillagua muere de sed, sólo quedan 120 habitantes en el pueblo, que llegaba casi a los mil hace veinte años.

Economistas neo-liberales han elogiado el sistema de mercado que gobierna el agua chilena - impuesto durante el régimen militar de Augusto Pinochet - exhibiéndolo como "un ejemplo del libre mercado". Pero otros disienten: es un sistema que promueve la especulación y favorece los intereses de las grandes compañías en perjuicio de los ciudadanos.

Australia y el Oeste de los EEUU tienen sistemas similares, pero acompañados de duras regulaciones ambientales y de mecanismos legales para resolución de conflictos.

En 1987, el gobierno militar redujo el agua a Quillagua en un 75%. Pero el principal problema se produjo en 1997 cuando la contaminación del río acabó con los camarones, las cosechas y dejó el agua inservible para el ganado.
Los habitantes culparon a Codelco, la poderosa corporación minera que explota el cobre del norte chileno. Pero una compañía alemana contratada para investigar la contaminación declaró en el 2000 que ésta era "natural".

Finalmente, Soquimich, una compañía minera, ha comprado el 75% del agua que queda en Quillagua. En el 2007 Soquimich ha sido acusada de extraer más agua de lo que permite su contrato. En estos momentos, tal acusación se sigue investigando.
En el intertanto, las autoridades han comenzado a recibir datos satelitales sobre el agua desértica que parecen confirmar el abuso de succión por parte de las compañías mineras.

Y cosas del destino, Quillagua subsiste gracias a los camiones de agua potable que llegan al pueblo, subsidiados por Codelco y Soquimich, y gracias a los turistas, atraídos por el cráter dejado cerca por un meteorito.

Enlace al artículo original (en inglés).

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