14 septiembre 2009

La Dra. Bones y yo la tenemos jodida

En un canal de TV canadiense están repitiendo la serial "Bones" y he estado viendo algunos capítulos de la primera temporada.
Me imagino que la mayoría sabrá mucho más de la serie que yo - por si no: trata de un grupo de científicos que trabaja en el Instituto Jeffersonian (ficticio), los que ayudan al FBI a recavar información sobre restos humanos encontrados que posiblemente estén relacionados a algún crímen.

El equipo de científicos está a cargo de la Dra. Temperance "Bones" Brennan, una antropóloga-forense, protagonizada en la pantalla chica por Emily Deschanel. El personaje está basado en una persona real: Kathy Reachs, autora de novelas de crimen y suspenso y una antropóloga-forense en sí misma, que trabaja para el Departamento Judicial de Quebec, Canadá.

Es la personalidad de la Dra. "Bones" la que entrega los toques de humor en la serie: Una mujer totalmente absorvida por su trabajo, que cree - inocentemente - que a todas las personas les interesa la ciencia, la búsqueda de las causas de un misterio y que la Verdad es algo de importancia central en la vida de las gentes.
En cada capítulo, queda en claro que la Dra. Bones es una "outsider", una "extraña" que no comprende al ser humano y que sus prioridades la convierten en una "anti-social".

Así, le he ido tomando cariño a la Dra. "Bones".
Porque me reconozco a mi mismo en el personaje. Así era yo, hace años atrás - confiaba (también inocentemente - para no decir boludamente) - que la Razón podía derribar todas las ignorancias y que las Evidencias era lo que convencía al género humano sobre las Verdades de la Vida y lo guiaba en su camino de progreso.

¡Nada más "outsider", ni más "extraño"!
La Razón la lleva muy duro con la mentalidad humana, y las Evidencias no le interesan un pucho ("callampa" dirían por ahí) a nadie. El 99% de la Humanidad cree cosas sin motivo alguno, sin razones y sin evidencias - y eso, tampoco le importa un pucho.

Aún los horóscopos aparecen en toda publicación, cada día más gente ve ángeles, dioses y diosas en muralles, ventanas y trozos de pizza y cada día, en alguna parte del mundo, alguien se hace explotar en nombre de un dios que jamás ha visto, asesinando de paso, a varios otros en el proceso.
Las tiendas y los libritos New-Age son un negocio redondo, y al día hacen su aparición varias Teorías Conspiratorias con un séquito de seguidores y creyentes mucho mayor que las explicaciones de ingenieros, científicos o historiadores.
No hay nada más masivo que las procesiones religiosas, que las mandas, que las visitas a tumbas milagrosas y millones creen realmente que el mundo se acabará en diciembre del 2012.

Toda mi vida me he sentido como la Dra. Bones - y ya no hay nada que hacerle - voy a seguir así para siempre.
Antes me frustraba. Hace mucho que no. A estas alturas me siento, agarro el control remoto, enciendo la tele y veo otro capítulo de "Bones".

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