22 julio 2010

El mundo iba a ser maravilloso

Estoy leyendo "The Life and Times of the Thunderbolt Kid" de Bill Bryson, un libro semi-autobiográfico del 2006. 
Bryson nació en 151 y "La Vida y los Tiempos del Niño Rayo" (traducción mía), cuenta cómo era el EEUU de los años '50s. Con fotos, citas, recortes de periódico y muchos recuerdos, hace un repaso de esa década de lujo en el país del Norte.
Bryson - con su humor de siempre - nos mete en una familia típica americana de clase media de los años '50. Mejor aún, nos cuenta todo desde el punto de vista del niño que él era.

Aquella década de pos-guerra mundial podría titularse, en EEUU y en el mundo occidental, como la Década del Optimismo. La Humanidad estaba atónita ante el avance tecnológico y científico, ante la boom económico, ante la producción masiva de bienes que comenzaban a ser accesibles a todos. El espíritu de los '50s fue: vamos muy bien, dentro de poco el mundo será una maravilla!

Bryson resume el ambiente de aquella época en estos párrafos del capítulo 1:
"En 1951, cuando nací, casi el 90% de las familias norteamericanas tenía refrigerador y un 75% tenía lavadora de ropa, teléfono, aspiradora y cocina a gas o eléctrica - cosas sobre las que el resto del mundo podía sólo fantasear.
Los norteamericanos eran dueños del 80% de los aparatos eléctricos que se producían en el mundo, controlaban casi el 70% de la capacidad productiva del mundo, producían más del 40% de la electricidad mundial, el 60% del petróleo y el 66% del acero.
Ese 5% de gente de la Tierra que eran los eran norteamericanos, poseía más bienestar que el 95% restante.
Increíblemente, casi todo este bienestar era producido en los EEUU mismos. De los 7.5 millones de autos vendidos en el país en 1954, por ejemplo, el 99.93% fue fabricado en los EEUU, por trabajadores norteamericanos. Llegamos a ser el país más rico del planeta sin necesidad del resto del mundo."

Fin de la cita.
En los 50s los científicos habían dominado el átomo y tendríamos energía ilimitada. Todo el mundo tendría auto. Después, todo el mundo tendría un auto-avión. Se acababa de inventar el microscopio electrónico y muy luego se descubrirían los secretos de la vida. Se construirían ciudades submarinas. Se construirían ciudades en el espacio. Las vacunas derrotarían toda enfermedad infecciosa.
Fué en los 50s en que televisión llevó películas, seriales y noticias a cada casa. En blanco y negro, pero pronto sería en colores. Se inventó la FM, la frecuencia modulada y a fines de la década, un nuevo portento: el sonido estéreo.
La Humanidad vivía entre el estupor y la esperanza: el mundo iba a ser maravilloso mañana mismo. 

Voy por la mitad del libro. Lo recomiendo a muchos que quieran recordar, o a los más jóvenes, para que conozcan desde dentro cómo fue una época tan cercana en el tiempo, pero donde la gente pensaba y sentía tan distinto. Historia a nivel humano.

No hay comentarios.: