20 noviembre 2010

Los dos ojos al mismo lado de la cabeza

Una enorme cantidad de organismos pasan a lo largo de su vida por una metamorfosis.
Este es un período de grandes cambios en la anatomía, en la fisiología y en la forma de vida de un organismo. Ocurren en el paso de embrión a larva y en el paso de larva a adulto. En algunas especies también ocurren en el paso de juvenil a adulto.
Hay organismos que necesitan metamorfosis, otros no. 

Veamos el rodaballo. El lenguado, como le llaman en Chile. 
Es de los llamados peces planos - un vasto grupo que incluye unas 500 especies. 
¿Qué tienen en común todos ellos? - todos son planos, malos nadadores, se la pasan acostados en el fondo marino. Cada especie se acuesta en el fondo marino al lado derecho o al lado izquierdo. Cada especie lo hace hacia un lado determinado. 

Para llegar a tener el cuerpo plano estos peces pasan por una metamorfosis que lleva su anatomía a producir una forma plana laminar. Durante esta metamorfosis un ojo debe emigrar hacia el otro lado de la cabeza y asentarse definitivamente muy cerca del ojo del lado opuesto. Así, los peces planos quedan con los dos ojos al mismo lado de la cabeza.

Esto sucede cuando tienen un mes de vida. Recién salida del huevo, la larva de lenguado no es plana, nada y caza plankton. Al mes, le vienen las ganas de convertirse en pez plano.
La hormona tiroidea regula todo el proceso junto a dos genes: Nodal y PitX2

Hace años atrás, Franz Kafka escribió en Praga un cuento genial sobre opresión social llamado "La Metamorfosis". Hacen a los niños leerlo en la escuela y generalmente los niños no lo entienden, pues es un cuento muy profundo. Algunos adultos tampoco lo entienden.

Después, un escritor de ciencia-ficción imaginó que nosotros - los seres humanos - somos en realidad larvas que, bajo algunas condiciones, metamorfoseamos y pasamos a la verdadera forma adulta de nuestra especie (que en estos momentos nos es desconocida, pues esas condiciones aún no se han presentado).

Los peces planos, aparte de ser interesantes y sabrosos, nos han acompañado también en la literatura. Sólo podría agregar que cuando miramos el mundo con los dos ojos al mismo lado de la cabeza, nuestra vida (y nuestras opiniones) son también planas.

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