21 marzo 2012

El invierno que no fue

Ya estamos en primavera. En unos primeros días de primavera que parecen verano. Los canadienses de toda la vida están sorprendidos. Los meteorólogos también. Nadie tiene una explicación para el caprichoso clima de los últimos tiempos.
Unos dicen que la Niña, otros que el cambio climático global, que la ola de frío polar se quedó en el norte este año, que no bajó hasta Canadá y los EEUU.

Lo cierto, es que estamos en unos días de primavera que parecen verano, con cielos despejados y temperaturas sobre los veinte, cuando a fines de marzo normalmente todavía había nieve.
Y el invierno tampoco como los de siempre. No recuerdo tormentas serias, y si cayó nieve aquí y allá, tampoco fue de la manera y en la cantidad acostumbradas. Tampoco hubo fríos terribles. Un invierno que no lo fue.

No sólo aquí. Leo que el Inglaterra también las plantas se han adelantados entre diez a quince días en florecer y que los pájaros han llegado antes desde el sur. Los tiempos han cambiado y los animales, que viven en ritmo con la naturaleza lo sienten más que nosotros.
Algunos humanos lo gozan: salen antes al patio, preparan jardines, comienzan a limpiar la asadera. Otros, se preocupan: esto no está ‘bien’, dicen. Temen que ‘algo va a pasar’.
Mientras tantos, dejemos constancia del cambio. Del invierno que nos saltamos y de la primavera-verano que anda por estos barrios.
Preparemos un cafecito con acompañamiento y vámonos al patio!

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