02 noviembre 2012

Peligros actuales de la Guerra Frìa

La Guerra Frìa (GF) entre la Uniòn Soviètica y los EEUU durò gran parte del siglo pasado. Desde recièn terminada la 2da. Guerra Mundial, en 1945, hasta 1989 en que la Uniòn Soviètica se desmorona desde dentro. Algunos historiadores extienden la GF unos años màs: hasta 1991, con la caìda del Muro de Berlìn.
Sea como sea, la GF fue un enfrentamiento ideològico y militar entre el sistema democràtico-capitalista liderado por los EEUU y el sistema dictatorial-comunista liderado por la Uniòn Soviètica, y los paìses del mundo entero - lo hayan querido o no - tomaron partido por uno u otro bando. Los intentos de algunos de mantenerse al màrgen fueron pàlidos y màs revestidos de palabras que de hechos.

Las dos potencias se enfrentaron muchas veces a travès de proxies: otros peleaban en su representaciòn. Este choque militar enmascarado ocurriò en Asia, en Africa, en el Medio Oriente y en Amèrica Latina. En aquel perìodo podemos contar decenas de guerras entre paìses y de guerras civiles en donde los representantes de las dos potencias mundiales se mataron entre sì con increìble fiereza y entusiasmo.

La GF ha quedado en la historia, pero ha dejado muchas secuelas y una de ellas es una cantidad enorme de armamento atòmico. No sòlo en la Europa continental, sino tambièn en el Àrtico. En aquella època la posibilidad de ser atacado o de atacar con misiles balìsticos cruzando el espacio àrtico era absoluta y ambas potencias se apertrecharon con todo en el àrea: desde Alaska hasta Buffin Island quedaron 63 estaciones de radar, en la penìnsula rusa Kola y en Severovdinsk aùn existe una multitud de instalaciones militares. En el ocèano Àrtico aùn hay 115 reactores atòmicos en submarinos activos y 101 reactores en submarinos inactivos - constituyen el 18% de los reactores del mundo.

En los ùltimos años, el ocèano Àrtico ha incrementado la actividad comercial, y el peligro de derrames o filtraciones radiactivas es cada dìa mayor. Principalmente porque muchas instalaciones atòmicas estàn abandonadas, por ejemplo, los faros de la era soviètica que funcionaban con generadores termoelèctricos isotòpicos. Gran parte de estos faros han sido saqueados y los materiales radioactivos - en este caso Estroncio-90 - han desaparecido. 
Preocupante. Este manejo irresponsable y amateur de los desechos nucleares puede tener consecuencias terribles e inesperadas para el mundo entero.

(El artìculo original.)

No hay comentarios.: