Para mí,
esas camionetas con televisión instalada son una abominación cultural. Los que van sentados atrás –
generalmente niños - ¿no soportan el castigo inmisericorde de ir mirando el
paisaje por la ventana? Mientras ante ellos se despliegan barrios, calles,
gente, bosques, montañas, valles y playas ¿ellos están más interesados en una
película o en un capítulo más de la teleserie?
Pasear,
mirar, observar la naturaleza – sin aderezos tecnológicos – es importante. Para
el cuerpo y la mente. La incapacidad de tanta gente, muchas veces
familias enteras, de conectarse con lo natural es triste. Y esa
incapacidad se la transmiten a hijos y nietos. Más triste aún.
No van de
paseo a la naturaleza, sino que transportan la casa – y su bullicio – al lugar
donde van. Se instalan, frente a un hermoso lago rodeado de bosques,
con radios a todo volúmen, teles para ver el partido, los niños
juegan con sus teléfonos móviles, en vez de nadar, perseguir gaviotas o montar en bicicleta.
Estas
familias llevan a la naturaleza, justamente todo eso que los enloquece y
estresa durante la semana y de lo cual quieren escapar.
Recomiendo
hacer lo contrario. Al ir de paseo, llevar agua, un snack, máquina fotográfica,
quizás una guía de pájaros y flores. Dejar que lo natural nos traspase con silencio, con el trinar de pájaros o el zumbido de las libélulas. Poco a poco, a ritmo de brisa.
1 comentario:
Tienes mucha razón en lo que escribes.
Yo por mi parte, me fascina la naturaleza.
Cuando voy de camping o salgo en algún trekking trato de llevar lo menos posible de tecnología.
El celular es imprescindible pues sirve en caso de que me pase algo, pero casi no lo uso.
Para mi lo mas importante es la cámara fotográfica y el papel y lápiz para escribir todo lo que voy viendo tanto en el viaje como en los lugares que conozco.
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