El rito es de importancia central en el desarrollo de una personalidad.
Porque ese volver a hacer es reconocimiento del espacio, del tiempo y de uno mismo. Es percatarse del entorno, del momento y del estado propio - mental y físico.
Cada ceremonia personal es una repetición creativa, porque es lo mismo de ayer, pero con una mutación mínima, externa e interna. Es pisar el pasado en el presente y prever el futuro.
Nuestras costumbres nos definen.
Esos rituales pequeños, secretos, inexplicables a veces, dibujan nuestra la silueta personal y le dan significado a la variación.
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