Creo que ningún otro invento ha contribuído a achicar el mundo como lo ha hecho la Internet.
Los adelantos en navegación marítima, en aviación comercial y en telefonía hicieron lo suyo, pero la Internet arrasó con todas - casi todas - las barreras entre los personas del planeta.
La Internet ha influido drásticamente en la vida diaria de la gente, tanto a nivel particular como en el laboral.
Yo uso Internet para comunicarme con amigos y familia, con clientes y colegas - fácil, instantáneo, visual, textual. También la uso para ponerme al día, noticias y radio me llegan cuando quiero y de dónde quiero a través de la red. En real-time.
Un aplauso. Tremendo avance para la Humanidad, ¡gracias tecnología!
¿Cuánto tiempo del día dedicamos a la red? - para los que contamos con blogs, email, twitter y, que además, nos actualizamos en internet puede llegar a convertirse en una especie de vicio. Hay que ponerle barreras. Tenerle su miedo. Agarra. Créeme (bueno, tú ya lo sabes).
Se sabe de parejas y familias en problemas de relación, de gente que baja su rendimiento en el trabajo, de estudiantes que ya no escriben ensayos sino que simplemente los 'bajan' de la red.
Claro, como con todo invento, el problema no es del invento - es nuestro.
Gracias a él podemos leer de las vivencias diarias de una mujer en la dictadura cubana, seguir en directo las protestas callejeras contra el régimen iraní y sumarnos a una campaña mundial para liberar periodistas secuestrados en Corea del Norte, Irán o Somalia.
Claro, también nos da la oportunidad de predicar jihads, supersticiones, teorías comspirativas y racismo.
La red nos mete en el mundo - en un mundo diverso, cambiante, casi anárquico - y nos hace nadar en un océano de información (y desinformación) tan vasto que fácilmente podemos ahogarnos en él.
Y aquí viene el asunto de los filtros. ¿Qué leemos? ¿Dónde nos informamos? ¿Con quiénes y cómo conversamos virtualmente? - finalmente ¿Cuál es nuestro aporte?
Decisión personal. Propia de cada uno, como diría un amigo mío. Hoy, en este mundo moderno del siglo XXI, lo que haces en internet es parte muy importante de tu definición como persona.
En su época Ortega y Gasset dijo: "Si quieres conocer a una persona, mira qué libros tiene en su biblioteca". Hoy tendríamos que actualizar, "si quieres conocer a una persona, mira qué sitios web tiene bookmarcados".
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