Durante esta semana el History Channel de Canadá ha estado transmitiendo la serial "Motociclistas Proscritos" ("Outlaw Bikers" en inglés).
Trata de las enormes organizaciones criminales de motociclistas existentes en Norteamérica y Europa, que manejan - a sangre y terror - gran parte del tráfico de drogas, de prostitución y juego en todos los países involucrados: los EEUU, Canadá, y en Europa: Dinamarca, Holanda y Noruega, con una invasión hacia Rusia en los últimos años.
La serial pasa revista a grupos como los Bandidos, los Mongols, pero se centra en los Hell Angels, la agrupación más grande y dominante de motociclistas delincuentes.
Punto aparte: hoy en la mañana leí un noticia de la ciudad de Apetzingán, en el estado de Michoacán, México. En la plaza de esta ciudad fueron hallados seis cadáveres decapitados, consecuencia - cree la Policía - de la guerra que por años libran carteles de la droga rivales.
Debido a la violencia entre carteles o entre éstos y las fuerzas policiales o militares, sólo en los últimos tres años han muerto unas 15 mil personas en México.
Aquí es donde esta noticia me hizo recordar la serial sobre los motociclistas y sacar algunas conclusiones.
Tanto en los EEUU, como en Canadá y Europa, la presencia y acciones de los bikers no constituyeron problema alguno hasta que las autoridades decidieron actuar y terminar (o intentar terminar) con la impunidad.
La provincia de Quebec en Canadá se sumió en una guerra sangrienta de asesinatos, atentados y bombas desde el momento mismo en que la Policía aprieta el cerco contra los Hell Angels - desde 1997 en adelante - y sólo finaliza, años después, con la detención y encierro del jefe de la organización, Mom Boucher.
En los países escandinavos, se desata otra guerra cuando las autoridades deciden que "ya basta" y comienzan a ir tras los motociclistas, a arrestarlos y a ponerlos en prisión.
Las balaceras y los bombazos se desatan en Coppenhagen, Oslo y Helsinki, y en ocasiones los Hell Angels usan granadas, e incluso proyectiles anti-tanques contra la Policía.
Lamentablemente allí la Policía no logra su meta, y finalmente se alcanza la "paz" al firmarse un acuerdo entre la bandas y las autoridades para no continuar la guerra.
Es decir, los bikers logran allí su objetivo de criminalidad sin ser molestados.
Esto es muy semejante a lo que ocurre en México.
En ese país se desata la violencia en los últimos años, cuando (¡por fin!) los gobiernos se deciden a actuar en serio contra los carteles de la droga - en especial, el actual de Felipe Calderón.
Anteriormente - por decenios - las autoridades consiguieron una "paz" ficticia, simplemente dejando actuar a las organizaciones del crímen sin problema alguno: así, el gran negocio de la droga caló hondo en la sociedad mexicana, invadiendo la política, la Policía y las Fuerzas Armadas.
La guerra de México en la actualidad, es consecuencia directa de la inoperancia y la total falta de escrúpulos de los gobiernos anteriores, que no quisieron "hacerse problemas" con un asunto tan difícil.
De ambos casos - los bikers y los carteles - es necesario aprender la lección obvia: al crímen se lo ataca siempre y de manera constante. Fingir tranquilidad social capitulando de antemano, dejándolo echar raíces y crecer, se paga muy caro al poco tiempo.
2 comentarios:
Tienes razón. Aunque desgraciadamente en mi país muy a menudo se descubre una coalisión entre los narcos y el sistema policíaco. No actuar trae diseminación del problema, actuar trae consigo la muerte de muchos inocentes. Es todo un problema complejo.
Un abrazo.
exacto. me parece que debido a eso, el gobierno ha movilizado al ejército y la marina.
un problema difícil, que se pone más difícil si no se hace nada.
saludos!
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