17 julio 2011

La costa chilena por Stéfan Lévesque


Stéfan Lévesque es un canadiense francófono que, junto a Carlos Álvarez, un chileno-canadiense, mantiene un extraordinario sitio web de fotografía y textos.
El sitio es CASLworks Image Factory y consta de varias secciones, todas interesantes. Una característica las une todas: fotografía impecable.

Stéfan publicó hace unos días una colección de fotos suyas de la costa central chilena. Hermosas, impresionantes. No se las pierda.

06 julio 2011

Mis tres películas japonesas más extrañas

Los japoneses han hecho películas extrañas a toneladas. Les gusta la exageración, con un humor que tiende a lo ridículo e incoherente.
Hay tres que van en primer lugar. Filmes raros, pero recomendados: bien hechos, interesantes y, a ratos, de una belleza visual notable.
Son extraños a propósito, un especie de juego infantil-adolescente, onírico y lleno de humor.

1. House. Un película de 1977 que es culto en Asia y que llegó a Norteamérica sólo hace pocos años, en DVD. Es un filme de horror cómico que cuenta la historia de seis colegialas que van de vacaciones a la casa de la tía de una de ellas.
Lógicamente, la tía y su gato blanco son misteriosos y la casa es aterradora. Las chicas comienzan a desaparecer una a una. A ratos uno se pregunta cuánto LSD consumieron mientras hacían esta película, donde nada es tomado en serio, todo es absurdo y premeditadamente ridículo.
Totalmente original, a ratos visualmente bella, a ratos descabellada, pero con gracia.

2. Big Man Japan. Un filme del 2007 que llegó a Norteamérica montado en algunos festivales tras lo cual apareció en DVD. Supe que la Universal compró los derechos y comienza a rodar una versión propia.
Cine de monstruos y fantasía. Es la historia de un hombre común, borrachín y que reclama constantemente un mejor salario. Su trabajo es defender Japón del ataque de monstruos destructores, ya que posee la capacidad de convertirse en gigante recibiendo enormes descargas de electricidad.
Uno debe sentarse a ver esta película esperando de antemano los sucesos más ridículos e incoherentes. Llena de un humor triste: el gigante no siempre gana contra los monstruos destructores e, incluso su futuro, es fatídicamente oscuro al ir siendo reemplazado por la tecnología.

3. Tokyo!. Es un filme del 2008 constituído por tres cuentos. El primero es sobre una joven pareja que llega a Tokio buscando un mejor futuro. La chica, después de chocar con la indiferencia de la gran ciudad adquiere la capacidad de convertirse en silla.
En el segundo cuento, un extraño - que dice llamarse Merde (mierda, en francés) - surge del alcantarillado y aterroriza a los habitantes. Habla un idioma sólo comprendido por abogados.
Y el tercer cuento es sobre un ermitaño, que evita todo contacto humano encerrado en su departamento. Su estilo de vida es amenazado al enamorarse de la repartidora de pizza, cuando ésta se desmaya en su puerta durante un terremoto.

Tres filmes sumamente raros, pero que vale la pena ver. Absurdos, originales, llenos de energía y creatividad.


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Mis cinco películas más violentas

05 julio 2011

Una flotilla de hipócritas e idiotas

El año pasado, la autodenominada "flotilla de ayuda humanitaria a Gaza" fue una campaña de propaganda anti isrelí. Eso ya lo expliqué en su momento: si realmente querían "ayudar a Gaza" podían haberlo hecho sin problemas a través de Cruz Roja, de la ONU, a través del propio gobierno israelí o a través de gobierno egipcio, que son los que - de hecho - mantienen a la población de la franja.

Obviamente la flotilla no quería ayudar, lo que realmente buscaba era provocar a Israel, detonar la violencia y causar críticas al Estado judío (para lo que nunca faltan los dispuestos). Así, intentaba levantar el cerco marítimo a Gaza, lo que permitiría el acceso libre, sin control, de armamento iraní para Hamas. Esa era y es la verdadera meta de esta campaña "humanista".

La flotilla de este año es aún más hipócrita que la del año pasado: desde la caída de Mubarak en Egipto, la frontera entre ese país y Gaza está totalmente abierta, productos y personas transitan libremente en ambos sentidos, y - por supuesto - también lo hacen armas y terroristas.

Si hay algo que la población de Gaza no sufre es "crisis": Israel continúa proveyendo de agua potable y electricidad a Gaza. A diario, decenas de camiones con productos desde y para Gaza transitan, controlados, por los pasos fronterizos entre Israel y la franja. La ONU, la Cruz Roja y varias ONGs mantienen presencia y donativos allí y la frontera con Egipto está abierta.
La población de Gaza no carece de nada, ni está "encerrada", como la propaganda trata de hacer creer.

Lo que sorprende es la cantidad de idiotas que sigue creyendo la propaganda. Pero bueno, se acabarán las piedras...

Perdón, me equivoco, hay algo de lo que la gente de Gaza sí carece: libertad. Desde el 2007, la organización terrorista Hamas gobierna allí a punta de rifle, imponiendo un régimen islamista, violento y belicista, que usa a la población civil como escudo humano.
Esta es la triste realidad que los organizadores de la flotilla y los idiotas que la apoyan buscan mantener en Gaza. Me pregunto cuántos gazianos pedirán para sí, en silencio, "por favor, no nos ayuden tanto..."


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Los refugiados tamiles y la flotilla a Gaza
Agunas preguntas sobre la flotilla de Gaza (art. de Christopher Hitchens)