04 febrero 2012

Irán, Israel, EEUU: el ajedrez del 2012

Ayalota Alí Jamenei, actual
líder religioso de Irán
En esta semana que recién termina el tema Irán recobró protagonismo en las noticias. Las declaraciones de Leon Panetta, ministro (Secretario) de Defensa de los EEUU, fueron la causa.

‘Creo que las posibilidades de que Israel ataque las instalaciones nucleares de Irán antes de Junio son de más del 50%’, dijo Panetta, y claro, lo que dice este ministro no es lo que él opina: sus declaraciones cumplen una función bien clara en la política externa diseñada por los EEUU..
¿Por qué Panetta hace estas declaraciones en estos momentos?
Yo creo que estas tienen dos objetivos, primero dar tiempo a que las durísimas últimas sanciones de la ONU contra Irán den resultado y segundo, contener a Israel al mismo tiempo que advierten a los Ayatolas que las cosas pueden ‘realmente ponerse feas’ muy pronto.

Lo de Panetta fue respondido ayer viernes en Teherán por el Ayatola Jamenei que, ante miles de enfervecidos seguidores, amenazó nuevamente con ‘borrar a Israel del mapa’ y prometió ayuda y apoyo a ‘todo enemigo del cáncer sionista’, en su  típica retórica belicista-apocalíptica.
No fue casualidad que su discurso fuera acompañado por el lanzamiento de un nuevo satélite iraní y por el anuncio de que parte de su arsenal de proyectiles tierra-aire puede ‘rapidamente ser convertido en balístico’.

Medios periodísticos de EEUU, la cadena NBC y el Washington Post especialmente, transmitieron detallados ‘planes de ataque israelíes’ que, según estos medios, incluirían proyectiles Jericó II con cabezas portando sustancias químicas, el uso de bombarderos y posiblemente grupos comando especializados. El ministro de Defensa americano no se refirió a estos ‘planes israelíes’, pero cerró declaraciones diciendo que ‘calculamos que las posibilidades de que Israel ataque Irán entre Abril y Junio llegan a un 70%’.

Las autoridades en Jerusalén mantuvieron relativo silencio: sólo se informó de las reuniones del director del Mossad con oficiales en Washington en estos mismos días.

En el intertanto Irán sigue adelante con su plan atómico, lo acelera y comienza a trasladar las más de tres mil centrífugas para enriquecer Uranio bajo tierra. Los Ayatolas apuestan a que los EEUU, en año de elecciones y temerosos de una fuerte alza en el precio del petróleo, frenen a los israelíes. Mientras, siguen negando la entrada a inspectores de la ONU, preparan a Hamás en Gaza y Hezbollah en Líbano y realizan extensos ejercicios  navales en un intento de mostrar sus músculos al mundo.

Israel por su parte, quiere mantener la urgencia del tema Irán en Norteamérica y Europa, mientras prepara algo que nadie sabe en realidad qué es. Y los EEUU esperan a que las sanciones den resultado, que Irán afloje y acepte sentarse a negociar su entrada al club atómico en términos aceptables para Occidente. ¿Cuánta paciencia tendrán los americanos? Nadie lo sabe tampoco.

Es un juego de ajedrez multilateral donde todos los participantes bluffean, amenazan, miden, esconden piezas en la manga y se preparan lo mejor que pueden para la jugada final.

Creo que si los israelíes se deciden a atacar no le avisarán absolutamente a nadie, o lo harán cuando ya la operación haya comenzado.
Así lo hicieron en junio del 1981 cuando destruyeron la planta nuclear Osirak que Sadam Hussein construía al sur de Bagdad. Y aún más secreto e inesperado fue su ataque que destruyó la planta nuclear siria de Al-Kibar (en construcción), en septiembre del 2007.

Sea como sea que los protagonistas muevan sus piezas en este ajedrez, ojalá que la situación se resuelva en la mesa de negociaciones. Aún es tiempo.
Para eso, la tarea más difícil la tienen los Ayatolas: si se deciden por la no confrontación, deben diseñar un discurso que les permita bajarse del tigre con cierto honor. ¿Lo harán?


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