Continúa en Canadá la discusión post-G8-G20. Las reuniones se llevaron a cabo en Toronto el pasado fin de semana. Durante las reuniones hubo varias demostraciones públicas de protesta en las que participaron unas 10.000 personas de manera pacífica.
Pero lo que se mantiene en el foco de atención es el comportamiento violento y destructivo de un pequeño grupo de entre 200 a 400 personas. Éstas, en general, se autodefinieron como "anarquistas", y como miembros del Black Bloc.
Para más información sobre las manifestaciones del fin de semana y sobre el Black Bloc, pueden leer aquí y aquí.
Lo que me llamó la atención fue esa táctica de "lucha urbana" del Black Bloc en la que se usa una manifestación pública mayor, pacífica y legal, como escudo de la acción delictual propia.
Los miembros del Black Bloc caminaban mezclados entre el público de alguna demostración mayor - no relacionada con ellos - y siguiendo alguna señal se separaban de ésta, atacaban tiendas y propiedad pública a su paso y después se sacaban las máscaras y volvían a mezclarse, rápidamente, entre la gente de la marcha más grande.
Es muy difícil para Policía identificarlos entre los manifestantes pacíficos y los arrestos, muchas veces, pueden incluir personas no involucradas al Black Bloc - lo que provoca una reacción general de antagonismo hacia la Policía.
Así, los miembros del Black Bloc aún libres siguen su acción delictiva, mientras el sentimiento negativo general crece justamente contra quienes tratan de detenerlos.
El Black Bloc usa cínicamente una tremenda cantidad de público inocente - que ejerce legalmente su derecho a protestar - no sólo como escudo, sino también para crear un conflicto artificial que atraerá la atención de la media local y mundial.
Entre las metas del Black Bloc está el que, en medio del caos, la Policía arreste la mayor cantidad posible de inocentes: esto gatillará la opinión pública en contra de la Policía y las autoridades.
Así, el Black Bloc lleva a cabo los ataques y la destrucción, pero la opinión pública culpa a la Policía.
Es una fórmula genial que utiliza violencia, a inocentes y a la media (que sabe que el conflicto atrae público) para lograr sus objetivos políticos. Un manejo maquiavélico, cobarde e inmoral, pero genial.
Es la táctica mediática que usó la "flotilla de la libertad" organizada por elementos extremistas en Turquía y que navegó a Gaza con "ayuda humanitaria" hace cosa de un mes.
Es la táctica de lanzar bombas molotov y comenzar una manifestación violenta, para correr a esconderse en las casas - después de lanzar a los niños a la calle - cuando la Policía o el ejército se acercan, usada durante años por organizaciones palestinas en Judea-Samaria.
Es la táctica de disparar morteros contra el enemigo desde techos de escuelas y hospitales propios, usada por Hezbolah en El Líbano.
Es la táctica de construir bunkers en casas de familias palestinas inocentes usada por Hamas en Gaza. O de almacenar armas y explosivos en mezquitas.
En todos estos casos - como en el caso del Black Bloc - los que usan esta táctica desean para que haya víctimas inocentes. Esperan que la Policía se equivoque y detenga inocentes. Rezan para algún niño palestino resulte herido o, más terrible, muerto. Quieren que la respuesta de artillería caiga sobre la escuela o el hospital propio. Quieren que, en medio del conflicto, la casa palestina inocente sea destruída, y también la mezquita.
Tales trágicos resultados les proporcionará, a los que usan esta táctica, una tremenda ola de apoyo en la opinión pública, mientras esta misma opinión se vuelve en contra de su enemigo político, ideológico o militar. Una táctica diabólica que, sin embargo, no deja de dar resultados.
Es exactamente lo que buscaba la "ayuda humanitaria" de la flotilla a Gaza: crear el conflicto, ojalá con víctimas. Es exactamente lo que buscarán Hamas y Hezbolah en la próxima guerra con Israel.
Espero es que haya alguien que encuentre una manera de contrarrestar esta táctica maquiavélica. Una manera de anularla.
Quizá lo único sea seguir hablando de ella, explicándola, mostrándosela a la gente. Quizás lo único sea hacer lo que tienes que hacer - resulte o no - por lo menos, así te sientes bien contigo mismo.
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