30 julio 2010

Nosotros, como todos los seres vivos, hablamos sin hablar

Hace bastante tiempo que los biólogos vienen encontrando, estudiando y describiendo las llamadas "señales sociales" en los animales. Y en nosotros, que también lo somos.
Una señal social es algo que un individuo porta, lleva y exhibe al mundo y que entrega a los demás individuos a su alrededor información exacta acerca de él mismo.

Una señal social en humanos entrega información rápida y exacta acerca del rango económico, cultural, político del que la porta. Incluso entrega información subconsciente acerca de su estado de salud, estado físico, costumbres y estilo de vida.

En los seres humanos, una de las señales sociales más importantes está en el cabello. La calidad del cabello ha evolucionado por millones de años para entregar una señal clave de nuestra salud, status social y estado anímico.

Hay también señales sociales que nos ponemos encima para mostrar al mundo nuestro grado de envolvimiento político y nuestra posición política general.
En los '80s, el uso de un terno elegante, cabello corto y cuidadosamente peinado en un hombre joven era señal de "chicago boy": de derecha, conservador, metido en los juegos de la Bolsa, bancario, ejecutivo trepador, alguien que hablaba de mercado libre, globalización y beneficios comparativos.

Por otro lado, el uso de pantalones camuflados, boina, pelo largo y descuidado era signo inequívoco de alguien de izquierda, en onda "revolucionaria", fan de Castro y el Ché y que hablaba del 'sistema explotador', que leía a Neruda y era 'anti-imperialista'.

No se necesitaba cruzar palabra alguna con uno de estos portadores de señales sociales para saber de antemano cuál era su cuento. Claro, hay señales sociales más ambiguas, pero que también te entregan información: los vestidos de manera deportiva, son en verdad, menos politizados, más preocupados de la pinta, de la salud y el estado físico, se sienten incómodos con el tema político.

Nadie está libre de esta ley biológica, todos exhibimos señales sociales que le dicen al mundo quiénes somos. Y son bastante veraces: podemos mentir, usar disfraces sólo por tiempo muy limitado - el quienes somos de verdad siempre saldrá a la vista después de unas horas o días y se quedará ahí.
Mientras más libre y democrática sea una sociedad las señales sociales serán más diversas, presentando mezclas, mutaciones y cross-over cultural.

25 julio 2010

Y el kibutz ya cumplió 100


El año pasado, 2009, se cumplieron 100 años del 'kibutz', quizás la organización más autóctona de Israel.
Que yo sepa, no existe ni ha existido ninguna semejante en ningún otro país. Entre 1991 y 1995, yo trabajé y viví en un kibutz y antes y después mantuve una cercana relación de trabajo con ellos y, lo mejor, hice amigos en varios.

El kibutz (los kibutzs?, el plural en hebreo es kibutzím) provienen de una organización política sionista-socialista, fundada en 1909. Esencialmente son comunidades agrícolas que en un primer momento fueron de asentamiento y defensa, pero que con el correr del tiempo se han ido concentrando en la agricultura, la industria y que mantienen un estilo de vida comunitario-utópico.

En 1909 aún no se había creado el estado moderno de Israel (se le llama 'moderno' al Israel establecido en 1948, para diferenciarlo del 'antiguo' o 'histórico' reino de Israel que existió en la misma área geográfica entre los años 1200 AEC y el 70 EC). En el 1909 todo el Medio Oriente estaba bajo el dominio del imperio Otomano (Turquía), que había comenzado en el 1300 EC y duró hasta 1923, y que fue desmembrándose poco a poco después de la primera Guerra Mundial.
En 1909, un grupo de jovenes judíos llega desde Rumania, se establece a orillas del mar de Galilea y funda el primer kibutz. Le llamaron Degania.

Degania fue fundado en tierras compradas directamente a sus dueños, ya que en aquellos tiempos no existía en la región un país o estado estructurado. Los habitantes de la zona (judíos, árabes, beduinos, turcos, drusos) vivían en pequeños pueblos, independientes uno de otro. El único poder central estaba en Estambul, Turquía.
Estos diez jovenes llegados desde Rumania venían imbuídos de ideología sionista (el regreso del pueblo judío a Israel) y de socialismo: por lo tanto, levantaron la primera comunidad agrícola socialista, 'kibutz', donde aparte de labrar y hacer producir la tierra, no habría "ni explotados, ni explotadores".

Ellos fueron los pioneros, pronto el ejemplo cundió y antes de la Guerra Mundial II, que comenzó en 1939, ya había 79 kibutzs en la región, todos fundados por judíos venidos de Europa y los EEUU principalmente, sobre tierras que eran compradas o que no tenían dueño específico, zonas pantanosas al norte o desérticas al sur.
Todos los kibutz siguieron la ideología sionista-socialista de: reconquista y defensa de Israel y sociedad igualitaria. Todos eran agrícolas.

Una vez finalizada la Guerra Mundial II en 1945, se produjo una enorme emigración de judíos desde todas partes del mundo a la región y si bien la gran mayoría se instaló en ciudades, miles de ellos se decidieron por crear nuevos kibutzs, todos en diferentes partes de Eretz Israel (Tierras de Israel), todos dedicados a la agricultura y todos, con poblaciones no mayores a unas 1.000 personas.

Hoy, un siglo después, los kibutzs siguen existiendo. Hay 273 en todo Israel y más de 120.000 personas viven en ellos. Como ocurre siempre, a lo largo de los años el Movimiento Kibutziano experimentó desacuerdos internos, políticos y económicos y se separó en dos grupos. Se han agregado también, 9 kibutzs religiosos.

Siguen siendo unidades de entre 500 a 2.000 personas que poseen y trabajan la tierra, pero muchos de ellos han desarrollado industrias de diferente tipo incluyendo electrónica, software y bioingeniería. A algunos les ha ido muy bien economicamente y a otros no tanto. Se ayudan unos a otros. Hace poco, ante crisis económicas, algunos kibutzs han decidido arrendar parte de sus tierras o incluso venderlas.
Ciertos kibutzs han ido evolucionando hacia un 'socialismo' menos férreo, en el que miembros del kibutz incluso pueden trabajar fuera, en la ciudad, o tener cuentas bancarias propias. Otros mantienen costumbres socialistas "puras" como dicen ellos: propiedad y responsabilidad compartidas en un 100% y servicios comunes para todos los miembros: entregas todo lo que puedes - recibes todo lo que necesitas.

Hacia fines de los '80s, estudiando y trabajando en Tel Aviv, conocí a varios kibutzianos e hice varios amigos entre ellos. Esta amistad fructificó en una invitación a trabajar en uno de ellos y finalmente en 1991, me decidí y me instalé en el kibutz Hamaapíl, que está en el valle Héfer, unas tierras hermosas y verdes, cruzadas por el río Jadera. Esta comunidad agrícola comenzó en 1938, y el kibutz mismo se fundó en 1945.
Viví y trabajé allí hasta 1995, cuando por diferentes causas, regresé a la ciudad.

Esos años en Hamaapíl fueron una experiancia inolvidable. Sobre esas vivencias conversaremos en otra oportunidad.
Vaya por ahora, este pequeño recuerdo al kibutz Hamaapíl y a otros tantos que visité y conocí y a esos amigos dejados allí, lejanos sólo en geografía.

* (La imagen corresponde a un grupo de judíos sudamericanos llegados al kibutz Mefalsím, 1949)

Más información:
El Kibutz (Wikipedia, en español)
The Kibbutz (Wikipedia, en inglés)
Sitio Oficial del Movimiento Kibutziano de Israel (partes en castellano)
Ser voluntario en un kibutz

Visual:
Foto panorámica del kibutz Barkai (click para agrandar)


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23 julio 2010

"Inception" - la vida es sueño, ya dijo alguien

Fui a ver "Inception", película norteamericana del 2010, escrita, producida y dirigida por Christopher Nolan. Protagonizada por Leonardo DiCaprio, la francesa Marion Cotillard y la canadiense Ellen Page, entre otros.

'Inception' sigue la receta de la típica película de gran robo: un grupo de individuos, profesionales en la materia, que se unen y trazan un plan para robar algo de mucho valor y muy protegido. Claro que esta vez no deben robar nada, sino poner algo allí: una idea, y el lugar a penetrar son los sueños de alguien.

La película es impresionante y los efectos son originales, inteligentes y están perfectos. El argumento es original, aunque a ratos es demasiado una justificación para desplegar efectos epeciales en la pantalla.
Muestran la trama de manera intrincada, a pesar de que es relativamente simple y algunos secretos centrales son guardados hasta el final, como en un filme de misterio. Como todo esto es demasiado árido, técnico y violento, Nolan suavizó la mezcla agregando los niños del protagonista (DiCaprio) - a los que añora profundamente y no puede visitar - y al amor trágico entre él y la esposa muerta (Cotillard).

El acercamiento al mundo de los sueños está bastante bien, aunque no se explica de qué manera los personajes logran hacer su voluntad en los sueños, un mundo sin gravedad, sin secuencialidad y aparentemente sin lógica.

La película entretiene, sorprende y es un regalo a la vista. El argumento está complicado de más, pero es algo que hay que ver y que hay que ver en pantalla grande. Recomendada.

Puntaje: 9 de 10


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22 julio 2010

El mundo iba a ser maravilloso

Estoy leyendo "The Life and Times of the Thunderbolt Kid" de Bill Bryson, un libro semi-autobiográfico del 2006. 
Bryson nació en 151 y "La Vida y los Tiempos del Niño Rayo" (traducción mía), cuenta cómo era el EEUU de los años '50s. Con fotos, citas, recortes de periódico y muchos recuerdos, hace un repaso de esa década de lujo en el país del Norte.
Bryson - con su humor de siempre - nos mete en una familia típica americana de clase media de los años '50. Mejor aún, nos cuenta todo desde el punto de vista del niño que él era.

Aquella década de pos-guerra mundial podría titularse, en EEUU y en el mundo occidental, como la Década del Optimismo. La Humanidad estaba atónita ante el avance tecnológico y científico, ante la boom económico, ante la producción masiva de bienes que comenzaban a ser accesibles a todos. El espíritu de los '50s fue: vamos muy bien, dentro de poco el mundo será una maravilla!

Bryson resume el ambiente de aquella época en estos párrafos del capítulo 1:
"En 1951, cuando nací, casi el 90% de las familias norteamericanas tenía refrigerador y un 75% tenía lavadora de ropa, teléfono, aspiradora y cocina a gas o eléctrica - cosas sobre las que el resto del mundo podía sólo fantasear.
Los norteamericanos eran dueños del 80% de los aparatos eléctricos que se producían en el mundo, controlaban casi el 70% de la capacidad productiva del mundo, producían más del 40% de la electricidad mundial, el 60% del petróleo y el 66% del acero.
Ese 5% de gente de la Tierra que eran los eran norteamericanos, poseía más bienestar que el 95% restante.
Increíblemente, casi todo este bienestar era producido en los EEUU mismos. De los 7.5 millones de autos vendidos en el país en 1954, por ejemplo, el 99.93% fue fabricado en los EEUU, por trabajadores norteamericanos. Llegamos a ser el país más rico del planeta sin necesidad del resto del mundo."

Fin de la cita.
En los 50s los científicos habían dominado el átomo y tendríamos energía ilimitada. Todo el mundo tendría auto. Después, todo el mundo tendría un auto-avión. Se acababa de inventar el microscopio electrónico y muy luego se descubrirían los secretos de la vida. Se construirían ciudades submarinas. Se construirían ciudades en el espacio. Las vacunas derrotarían toda enfermedad infecciosa.
Fué en los 50s en que televisión llevó películas, seriales y noticias a cada casa. En blanco y negro, pero pronto sería en colores. Se inventó la FM, la frecuencia modulada y a fines de la década, un nuevo portento: el sonido estéreo.
La Humanidad vivía entre el estupor y la esperanza: el mundo iba a ser maravilloso mañana mismo. 

Voy por la mitad del libro. Lo recomiendo a muchos que quieran recordar, o a los más jóvenes, para que conozcan desde dentro cómo fue una época tan cercana en el tiempo, pero donde la gente pensaba y sentía tan distinto. Historia a nivel humano.

20 julio 2010

La politización crónica de Chile

La política es epidemia en Chile. Siempre lo ha sido - en algunas épocas más, en otras menos, pero la política en una infección crónica de todo el quehacer chileno.

Tal como en países fundamentalmente religiosos, la religión se inmiscuye en todo - en la educación, en las comidas y en el sexo - en Chile el virus omnipresente es la política. Mejor dicho la politiquería. Quizás le sobrepasa solamente la Argentina.
En Chile se politiza todo: la selección de futbol y el terremoto, el manejo de los recursos nacionales y las relaciones del Estado con los pueblos nativos... en donde usted busque, en el tema que usted toque, siempre encontrará que las opiniones al respecto están sesgadas con tinte político.

Y esta politización extrema - que impide ver las reales causas de los problemas y enceguece hasta no poder encontrar soluciones reales - viene de abajo, de la gente. No es una politización impuesta, es natural, está inscrita en el genoma del chileno.
No se trata de una "política" con alturas, con visión de futuro, construída sobre bases intelectuales serias - que esa es absolutamente necesaria - se trata de politiquería, de partidismo muchas veces, de una contaminación de a peso, egoísta, que lo convierte todo en una trinchera banal entre "los míos" y "los contrarios".

Así, en Chile se politiza el humor, la tele, los programas radiales y las radios mismas, los diarios, las revistas. Se politiza el mar y los ríos, Se politizan las fechas nacionales - las hay "para nosotros" y "para ellos".
Se llega a la situación de que nada, ningún problema nacional, se puede abordar con profesionalismo o independencia, porque inmediatamente lo que harán todos es buscarle las "intenciones políticas" o los "intereses políticos" de una opinión.

En Chile se politiza hasta el crímen: la izquierda dice que los niveles de crímen a nivel nacional son "exagerados por la derecha", la derecha dice que los altos niveles de crímen son "culpa de la mano blanda de la izquierda".
¿En qué quedamos? - Es imposible saber una respuesta seria, profesional, creíble al respecto. Y si ésta se entrega se creerá o no se creerá dependiendo de la posición política de la persona que la lea.

Se politiza el hambre, la pobreza... no se intenta solucionar estos problemas, sino hacer que la culpa la tenga el contrario político. Si un bando logra convencer a la gente de que la culpa del desempleo la tiene el adversario, basta y sobra: ya no interesa resolver el alto desempleo - que el desempleo siga, siempre y cuando le baje los votos al contrincante.

Y así, se politizan los métodos anticonceptivos, los abortos, los jardines infantiles, la búsqueda de minerales, la crianza de salmones, la Historia, la ciencia... y las artes - entre ellas, la más politizada es la literatura. Lamentablemente.

La literatura está tan politizada en Chile que cada bando tiene "sus" escritores, "sus" poetas. A alguien de izquierda "tiene" que gustarle Neruda. Pobre si no.

En esto de beatificar a los suyos la izquierda es mucho más religiosa que la derecha. Los autores de izquierda son idolatrados con fervor, se convierten en absolutos, en infalibles, en lugar común. Gustan por obligación (lo que debe ser muy triste para el escritor, me imagino).
No sólo les llueven los premios, nacionales y de los otros, sino que la gente les prende velitas y muchos entran en éxtasis místico con sólo nombrarlos.
Para el bando político A, un escritor o un poeta es bueno de manera automática si es del bando politico A. Si es del bando político B, es malo de manera automática.

Hay una total incapacidad para juzgar literatura de manera no política.

Un cirujano no aconseja una operación dependiendo de si el paciente es de derecha o de izquierda. Un ingeniero no planifica un puente para pinochetistas y otro para allendistas. La refosteración de partes del sur no es ni concertacionista ni piñerista. La casa nueva que necesita el afectado por el terremoto no es ni capitalista ni socialista: es una casa.

La politiquería, que se inmiscuye en todo, es una especie de barrera que no nos permite ver el verdadero Chile, que no permite celebrar juntos o embarcarnos en grandes tareas nacionales impulsados por la unidad. A lo que hagas, o propongas, o digas, siempre habrá esos que le buscarán la quinta pata política al gato.
Incluso a este post.


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18 julio 2010

Puchos, café y Mozart

Hace años un amigo me dijo "ya tengo toda la música que quería tener". Ya no compraba nada nuevo.
En un estante tenía ordenados unos ciento cincuenta o doscientos  LPs, "long plays" - discos de vinilo de 33 RPM.

Gustaba de la música clásica, buen pianista también, ordenaba los discos por estilo y dentro de cada estilo, más o menos por abecedario. Sabía exactamente dónde se encontraba cada uno.

Yo recién empezaba a escuchar clásica. No sabía casi nada y aún no definía gustos al respecto.
En esa época yo todavía fumaba y así, con este amigo, cigarrillos y cafés en mano, nos sentábamos a pata pelada en la alfombra de su living a hurgar entre discos y a escuchar fragmentos.

Yo había escuchado algo de Vivaldi y Mozart. Cuando chico, a Mahler en mi casa, pero nada más. Así que en esos años, entre puchos y café, empecé a escuchar a Bach y Telemann, a Brahms y Schubert. Prokofiev me gustó bastante. Lo mismo Stravinski. Tuve dificultades entendiendo a Shostakovich y me gustaron también Satie, Ravel y Debussy.

Al irme a Canadá dejé de verlo, pero seguimos en contacto interneto. Cuando trabajo escucho música clásica, a veces me acuerdo de él: pelo enmarañado a lo Einstein, cigarrillo y café, hablando de Cascanueces. Lo imagino muy ocupado entre sus discos y sus libros de matemáticas y física. Todo un personaje.

Mis Radios On Line de Música Clasica preferidas:
Classical 96.3 FM Toronto, Canadá
Kol Hamusica 91.3 FM Jerusalén, Israel
Radio Beethoven 96.5 Santiago, Chile

15 julio 2010

Los libros azules de Julio

Yo tengo esos primos que viven "en el campo" allá en Chile. Bueno, no realmente en el campo, ya que la ciudad de San Felipe, en medio del valle del Aconcagua, ha ido creciendo lentamente y ahora tiene buses, taxis y semáforos de tres colores.
Es ahora una ciudad grandecita y su equipo de futbol hasta está en Primera División. No mirar en menos.

Pero no voy a hablar del San Felipe de hoy, sino del de los años 60s. De cuando yo era chico y me llevaban todos los veranos de vacaciones allá. Pero verán, tampoco voy a hablar de esas vacaciones, sino de unos libros en especial.

En un estante en la casa de estos primos había una hilera de seis o siete tomos azules, no muy grandes, pero sí gruesos. Eran "Las Increíbles Aventuras de Julio Verne".
En esos libros lo conocí y desde esos libros Julio me llevó de viaje a la Luna, me bajó por cavernas hasta el centro de la Tierra, escapó conmigo de insectos gigantes en una isla misteriosa y me embarcó en un submarino increíble llamado Nautilus que navegaba por el fondo marino...

Eran unos tiempos en que los niños leían - libros, revistas, historietas... - y los días eran largos, la adultez estaba muy lejos y la imaginación era nuestro manantial de juegos. Así, Julio Verne dejó plasmado en mí esas aventuras, esos lugares exóticos y esos increíbles misterios del mundo.

Hace dos años anduve por Chile, viajé a San Felipe y me encontré con los primos de siempre. En medio de una conversación pregunté por los libritos azules. "Ah, esos... - me dijo un primo - no están. Todo eso desapareció entre cambios de casa...".

Pero no desaparecieron totalmente, los tomos azules de Julio Verne aún existen en mis recuerdos.


Relacionados:
Julio Verne en Wikipedia
La ciencia-ficción de Julio Verne


14 julio 2010

Guerra entre Chile y Perú - una locura impensable

Con incredulidad - pero con credulidad, porque a estas alturas la estupidez humana ya no me sorprende - he visto unos videos del 2009 en donde un general en retiro peruano, un tal Roberto Chiabra, habla en TV sobre armamento, armamentismo y guerra con Chile.
Perú y Chile gozan en estos momentos de democracia - ese sistema tan mirado en menos por algunos - y eso permite la expresión libre de opiniones. Claro, también de opiniones irresponsables y extremistas como las de este general peruano bueno para recomendar guerras.

Entre ambos países hay diferencias de visión respecto de los límites marítimos en estos momentos. Eso es así. Esas diferencias han sido llevadas a un tribunal internacional, y lo que deben hacer ambos países es esperar tranquilitos el fallo final a entregarse en el 2015.
Ese fallo dejará contentos a algunos y no a otros, y puede ser incluso que no deje contento a ninguno. No importa, para eso están los diplomáticos: para sentarse, dialogar y encontrar una solución inteligente y justa al problema, y - lo principal - que no pase por esa estupidez superlativa que es una guerra.

Esa posibilidad no se debe ni mencionar, ni pensarse siquiera. La gente de Chile y Perú necesitan que sus gobiernos inviertan en caminos, en colegios, en hospitales y en energías renovables. Los peruanos y los chilenos no piden guerras. Al contrario, necesitan proyectos de desarrollo, y por encima de todo, proyectos de desarrollo en conjunto.

La región es pobre y necesitada. Los jóvenes y los niños de ambos países merecen voces más inteligentes, más sensatas, más amistosas que las de este ex-generalcillo beligerante y fomenta-odios. Es triste que programas periodísticos que se creen relativamente serios les den tribuna a opiniones extremistas e imprudentes. Pero las ansias de rating son muy poderosas.

Estoy seguro que mayorías amplísimas de ciudadanos chilenos y peruanos consideran impensable una guerra entre ambos países. Creo que sería muy fácil (y recomendable) iniciar desde ya un movimiento ciudadano chileno-peruano que exija y obligue a sus gobiernos hallar una solución pacífica a cualquier conflicto.
Chilenos y peruanos desean progreso, desarrollo y vivir mejor - no guerras.

Los dejo con las opiniones del general peruano en retiro Roberto Chiabra:



General peruano Roberto Chiabra - parte 2
General peruano Roberto Chiabra - parte 3


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13 julio 2010

"The Girl with the Dragon Tattoo" - la venganza viaja en moto

He visto "The Girl with the Dragon Tattoo", película sueca del 2009, basada en novela de Stieg Larsson. El título de la novela es "El Hombre de Odiaba a las Mujeres" y es la primera de una trilogía llamada "Milenio".
Los productores también han planeado tres películas. En estos momentos se estrena la segunda de ellas, titulada "The Girl Who Played with Fire".

La trilogía, que fue publicada en el 2005 constituyó un tremendo éxito de ventas en Europa. Éxito póstumo, pues Stieg Larsson falleció en noviembre del 2004, a la edad de 50 años, de un ataque cardíaco. Una muerte que motivó rumores de conspiración, debido a las actividades políticas de Larsson.

La película (y la trilogía entera) se centra en las aventuras de Lisbeth Salander, una chica de 25 años con un pasado misterioso, que trabaja como investigadora privada y es una astuta hacker, capaz de penetrar casi cualquier defensa computacional. Es callada, desconfiada y solitaria.
A lo largo del filme se van descubriendo poco a poco detalles del rompecabezas de su vida.

Ella ayuda a un periodista a investigar el pedido de un anciano millonario: averiguar qué pasó a su sobrina desaparecida en 1965 a la edad de 15 años.
Pronto, Lisbeth y el periodista descubren que la desaparición esconde una verdadera caja de Pandora en la que hay asesinatos rituales, ecos de la Segunda Guerra mundial y secretos familiares inconfesables.

La película es interesante y mantiene el interés, pero más allá del caso criminal mismo, el atractivo principal radica en el personaje de Lisbeth Salander, un tipo nuevo y diferente de heroína, que no sigue en absoluto el modelo clásico. Por lo leído, en la segunda parte de la trilogía, ella adquiere incluso un protagonismo más acentuado.

A pesar de que el argumento adolece de algunas debilidades y hay más de alguna concidencia demasiado "de película", el filme interesa y entretiene.

Puntaje: 8 de 10



12 julio 2010

Por qué sí a España campeón y otras cosas

Y se acabó el Mundial de Futbol 2010. Habrá que esperar otros cuatro años para ver nuevamente a las estrellas - a la viejas y a la nuevas - y para sentir esos fervores nacionales.

Me gustó el campeón. Creo que España jugó el mejor futbol del Mundial, aunque hizo pocos goles. Merecía ganar ese partido final ante una Holanda que apostó a las patadas y a la matonería.

Me gustó también Uruguay. No sólo por Forlán, Suárez y el resto - que todos lo hicieron muy bien - sino por su humildad, por las ganas y porque sin declaraciones pomposas y actuaciones teatrales, no se achicaron ante nadie y lucharon hasta el segundo final.

Me gustó lo que insinuó Alemania: nos hizo recordar a todos - especialmente a Brasil - que el futbol es un deporte de equipo, por encima de brillanteces personales aquí y allá. A Alemania lo traicionó la inexperiencia de sus jugadores tal como a Uruguay lo traicionó la inexperiencia de su arquero.
Por eso fueron terceros y cuartos y no primeros.
Pero no importa. Fueron, se la jugaron, no les fue mal. Así se hace.

A Brasil le faltan creadores. La defensa es pasable y su ataque es peligroso, pero la falla estuvo en el medio. Le faltaron Iniesta y Xavi a Brasil.

Chile mejoró. Fue su mejor actuación desde ese tercer lugar en el Mundial del '62 en Chile. Más personalidad, más estado físico, más mentalidad ganadora. Queda todavía esa falta de definición, el pase de más, la finta excesiva y el error tonto e inesperado en contra. Pero, al parecer, se va por buen camino.

Ahora, el futbol y el mundo dejan atrás Sudáfrica, un país muy aproblemado, metido en África, un continente muy aproblemado. No es responsabilidad del futbol solucionar estos problemas, a lo más, el futbol podrá exponerlos.
Pero como siempre sucede, el mundo enfocará rapidamente su atención en una nueva fiesta y los problemas de África quedarán para los africanos.

Como sucedió en China con las Olimpíadas. Como sucederá con Brasil en el próximo Mundial.


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10 julio 2010

Había una vez ...


... en que las líneas aéreas atraían público con la belleza de sus azafatas y competían dando la mejor atención por el precio del pasaje.
Y no había terrorismo, y nadie revisaba a nadie en los aeropuertos.
De verdad hubo un tiempo así, no es leyenda...


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05 julio 2010

Dónde se consume la heroína del mundo

El Huffington Post ha publicado una lista de regiones del mundo ordenándolas de acuerdo a su consumo de heroína.
La lista se basa en la última publicación del World Drug Report, un organismo de las Naciones Unidas que monitorea la producción, tráfico y consumo de drogas en el mundo.
Dónde se consume la heroína del mundo. De menos a más:

Irán 5%
sudeste de Asia 5%
India 5%
Pakistán 6%
EEUU + Canadá 6%
África 7%
China 13%
Rusia 21%
Europa 26%

Estos porcentajes suman un 94%. Me imagino que el 6% que no aparece en la lista se reparte entre América Latina, Japón, Australia, Nueva Zelanda, y otros.
El mismo reporte indica que en el último año la cultivo de opio - de donde se obtiene la heroína - ha disminuido un 13%.
África, dicen, ha pasado a ser la principal ruta para el tráfico mundial de heroína.

Original: World's Heroin Consumption By Region: U.N. Report

04 julio 2010

Vistas desde el Monte Nemo, ON, Canadá

Este fue un fin de semana largo, que partió el jueves pasado. Pleno verano - hay que salir a la naturaleza! - a pasear, a llenar los pulmones de aire limpio y los ojos de colores.
Aquí, algunas vistas del valle del lago Ontario desde el monte Nemo tomadas ayer sábado.
El monte Nemo es una elevación parte del llamado Niagara Escarpment, una formación rocosa que recorre Canadá y los EEUU desde el estado de New York hasta el Este de Michigan.






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01 julio 2010

Los héroes: desde Moisés al Hombre-Araña (parte I)

Los héroes. Esos personajes que toda civilización tiene. Toda cultura, todo país tiene sus héroes. Incluso hay héroes de ciudad, de pueblo.

El héroe es alguien que, llegado un momento crucial, de vida o muerte, de supervivencia, se levanta y salva a su comunidad. Casi siempre este salvataje está basado en una pelea, en alguna batalla o una guerra, en la que el héroe se convierte en líder inspirador.
No siempre. Existen también esos héroes pequeños, no generales o comandantes, que salvan a su comunidad con astucia, con alguna idea o un  acto valiente en el momento exacto.

Lo que sí comparten todos los héroes es el sentido de sacrificio. Para ser héroe hay que sacar pecho, ponerse en evidencia, dar un paso el frente, ser ejemplo.
Pero esto debe ir acompañado de sacrificio propio: el héroe deja atrás la comodidad de su salón, abandona la seguridad de su casa, cuando está lejos y a salvo, regresa y se une a la pelea.
El héroe pone en juego todo lo que tiene: su familia, su carrera, su riqueza, finalmente su vida, por los demás. Por su tribu, por su ciudad o su país.

El heroismo conlleva una pérdida. Si después del acto de heroismo el héroe queda más rico de lo que era, o como pago de su heroismo la comunidad le regala propiedades y mansiones y vive una vida opulenta - no es considerado tanto un héroe.
Los héroes de verdad pierden algo, a veces mucho, por su heroismo. Son héroes por amor al arte, no por intereses materiales.

El prototipo de héroe occidental nace en la Biblia. Es el Moisés que deja la vida exquisita en palacio para exponerse a la ira del Faraón y para sacar a los judíos de la esclavitud en Egipto.
Es el Sansón, que aún enceguecido por sus captores, con sus últimas fuerzas, se las arregla para destruir su templo, muriendo allí, pero salvando a su pueblo.

Esos primeros libros de la Biblia nos entregan éstos y otros héroes hebreos: Yeoshúa, David, Bar Kojba. Más discutido como héroe es Ben Yair, que dirigió el levantamiento contra los romanos por ahí por el 70 EC.
La revuelta terminó con Ben Yair, sus hombres y las familias de éstos, rodeados por el ejército romano en Masada. Aguantaron como dos años y finalmente al verse perdidos, los que quedaban se mataron todos, después de acabar con sus propias familias.
Ben Yair es visto por muchos como un héroe - como un fanático, por otros. Algunos dicen que se debe rescatar el sentido de sacrificio hasta el final de la historia. Otros dicen que Ben Yair y su gente no eran más que unos extremistas sanguinarios.

Sin embargo, hay algo que todos esos héroes bíblicos comparten: humanidad. Todos son humanos, con flaquezas y fallas. Todos cometen errores y no llevan vidas angelicales en absoluto. Al leer con detalle estas leyendas, uno se percata que todos esos héroes son presentados como gente común y corriente: con sus calenturas, sus envidias, sus ánimos de venganza, sus iras y sus lujurias.

Y éste es un aspecto central en el prototipo de héroe bíblico: el héroe no es perfecto, su vida no es impecable, ni él es una persona maravillosa. Son humanos. No ángeles.

Ester, la heroína judía, salva a su pueblo de la aniquilación en Babilonia usando una mezcla de valentía, sacrificio y astucia. Es ese tipo de héroe que aparece en el momento justo y hace su movida salvadora.
Pero Ester no es "a good girl" en absoluto. No es educadita, ni virginal. Convence al emperador persa, primero seduciéndolo y después elimina al malvado Hamán con una trampa: la primera acusación de "sexual harassment" de la Historia.
(El Libro de Ester no es parte de la Biblia, sino es un libro acompañante. Se cree que la leyenda ha conservado los nombres históricos de los personajes, pero que es casi completamente ficción).

Los héroes bíblicos son humanos, no seres angelicales cuasi-perfectos. En esto, esos primeros héroes bíblicos comparten materia prima con los Super-héroes de las historietas del siglo XX: todos tienen su talón de Aquiles, su lado flaco, sus defectos.

Pero este tema da para largo y ya he escrito demasiado. Así que lo dejo hasta aquí por ahora. Lo continúo en una segunda parte.

(Pintura: El baño de Ester, de Teodoro Chasseriau, 1841)